Lo que rodea Nápoles también forma parte de él, porque las historias de las ciudades y pueblos vecinos se entrelazan con la de ella. Un mundo de elementos de la naturaleza transformados en arte, entretenimiento, historia, cultura.
Un viaje a Nápoles necesitaría mucho tiempo para disfrutar sin prisas de los paseos, la brisa que sube del mar, los aromas de los limones, el bullicio de las calles, incluso en los pueblos que rodean la gran ciudad. Son núcleos de población que se han ido arremolinando, aunque algunos conservan vestigios de una historia centenaria, pero la mayoría se han convertido en dormitorios y focos de marginación, como ocurre en todas las ciudades del mundo. Sólo que aquí la historia ha estado muy presente y muchos pueblos conservan palacios, iglesias, ruinas y vistas que merecen una visita. Dintorni di Napoli: il fuoco nell’acqua
El Vesubio, una amenaza pero también un icono en las postales del Golfo
El volcán activo situado cerca de Nápoles es el responsable de la erupción que sumergió Pompeya y Herculano en el año 79 d.C. En la actualidad, unas 700.000 personas viven en las laderas del volcán y corren el riesgo de morir en caso de una nueva erupción. Bajo Nápoles hay una enorme cámara de magma que da vida al Vesubio y a los Campi Flegrei y Pozzuoli, donde se puede ver el efecto de los gases subterráneos bajo del suelo.
Pompeya y Herculano merecen una visita, pero se necesita un día para cada una. Recientemente se han descubierto nuevos frescos en las villas que se están desenterrando poco a poco. Ha salido a la luz una especie de trattoria comedor con comida aún en las ánforas y dinero en el cajón. Un cuadro muestra un antepasado de la pizza, una focaccia cubierta de fruta y queso. Campi Flegrei y Pozzuoli, donde se puede observar el fenómeno del bradiseísmo y los manantiales de agua y gas.
La casa del Hada Turquesa en Pinocho
La Casina Vanvitelliana, reflejada en las aguas del lago Fusaro, en Bacoli, cerca de Nápoles, fue utilizada como Casa del Hada (Gina Lollobrigida) en la película sobre Pinocho. Construida en 1782 por el arquitecto Carlo Vanvitelli, hijo de Luigi (autor del Palacio Real de Caserta), por encargo de Fernando IV de Borbón, la Casina Vanvitelliana es una joya perfectamente conservada de la arquitectura barroca tardía.
Fue el Casino Real de los Borbones, y debía ser el lugar de descanso del Rey al final de sus habituales viajes de caza y pesca, pero más tarde también acogió a personajes ilustres de visita en el Reino de Nápoles.
A primera vista, llama inmediatamente la atención por su peculiar estructura, de planta dodecagonal y desarrollada en dos niveles aterrazados, construida sobre una pequeña emersión de tierra en el lago Fusaro.
Las Villas Vesubianas de la Milla de Oro
Las Villas Vesubianas de la Milla de Oro son un conjunto de 122 edificios construidos entre los siglos XVIII y XIX en los territorios situados entre Nápoles y Torre del Greco, zona conocida históricamente como la Milla de Oro, y en los alrededores inmediatos. Visitarlos requiere un día entero. Por decidir.
El Palacio Real de Caserta rivaliza con Versalles por sus juegos de agua y espacios infinitos
El excepcional conjunto monumental de Caserta fue construido por el arquitecto Luigi Vanvitelli a instancias de Carlos de Borbón en la segunda mitad del siglo XVIII para rivalizar con Versalles y Madrid. El conjunto está formado por el suntuoso palacio con su parque, jardines, una zona arbolada, el Acquedotto Carolino y el complejo industrial de San Leucio (a la derecha en las fotos), destinado a la producción de tejidos de seda. Caserta se encuentra en la autopista en dirección a Roma. Visitar la Reggia lleva casi todo un día. En las inmediaciones hay un restaurante con estrella: Le Colonne, propiedad de Rosanna Marziale, alumna de Martín Berasategui.
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