Sorrento, la ciudad del Grand Tour. Domina Nápoles y está situada al principio de la Costa Amalfitana. Probablemente por eso todo el mundo se detiene aquí tarde o temprano y regresa feliz.

Podemos elegir uno de los 360 hoteles. Preferiblemente un 4 o 5 estrellas en la costa, desde Excelsior a Tramontano, Regina a Capri, Michelangelo a Plaza. Una elección entre 250 y 600 euros por noche. Con todas las comodidades de su nivel. Esta podría ser la base para dos noches. Muchas generaciones de sorrentinos trabajan en cruceros como tripulación o personal de restauración, gracias a las grandes dotes de hospitalidad aprendidas de la tradición turística que se remonta al siglo XVIII.

La ciudad de Sorrento: un destino popular desde la época de los emperadores romanos

Las ruinas de la villa romana se conocen como los «Bagni della Regina Giovanna». Fue aquí donde, en la segunda mitad del siglo XIV, pasaba sus vacaciones la reina de Nápoles, Juana de Anjou. La reina solía acudir a estos lugares con jóvenes amantes, lejos de miradas indiscretas. Por aquel entonces, no había paparazzi ni revistas de cotilleos para malmeter, pero ya era necesario escapar de la curiosidad ajena, refugiándose entre estos acantilados encantados, capaces de inspirar fuertes pasiones y seducciones inolvidables. El lugar es como una piscina natural donde uno puede bañarse. Mejor ir desde el mar, es más rápido y se puede entrar en la piscina desde un arco que se abre en la pared rocosa.

Ya en el siglo XVIII era el lugar más visitado por los caballeros del Grand Tour

La ciudad del siglo XVIII Grand Tour, con sus numerosos hoteles, desde el Hotel Excelsior, donde permaneció Caruso, el gran tenor de los primeros 900, que inspiró el título de la canción Lucio Dalla, conocida en el mundo. Y el «Caruso restaurante», como un verdadero museo con fotos del cantante que fue testigo de su vida y el otro restaurante dedicado a Sophia Loren «Donna Sophia» que llegar allí es necesario pedir la ayuda de un servicio de transporte especial que se oculta en las callejuelas de la ciudad vieja.

Una ciudad cortada por valles tan amenazadores como fascinantes

Sorrento no debe su nombre a las sirenas. Más bien procede del verbo griego syrréo, ‘fluir’, en referencia a las aguas que bajan de los estrechos valles cercanos.  Los valles, labrados por los ríos que arrastraban escombros hacia el mar, dieron nombre a la ciudad y al mismo tiempo formaron un sistema defensivo de diques naturales. Como los altos y escarpados acantilados de la fachada marítima entre Marina Grande y Marina Piccola. A estas defensas se añadieron muros perimetrales, obra de la mano del hombre. Uno de estos valles se encuentra en el centro de la ciudad y alberga edificios abandonados: un antiguo molino. Puedes verlo desde arriba. Centro ciudad: irse de compras por las calles del centro de la ciudad, souvenir, objetos de valor, licor limoncello.

Museo de la Marquetería, la artesanía de la marquetería de madera

El Museo de Tarsia con incrustaciones de madera pertenecientes a poderosos señores locales y príncipes y emperadores visitantes. En 1558, los turcos rompieron las defensas de Sorrento, entrando a traición por la puerta de Marina Grande, y desde entonces los palacios aristocráticos se equiparon con empinadas escaleras secretas, verdaderas vías de escape para sus habitantes. La escalera de caracol descubierta por casualidad en el palacio que alberga el Museo della Tarsìa Sorrentina servía precisamente como vía de escape.

El arte de construir barcos

El arte de construir Gozzo, la embarcación típica de los pescadores y ahora de los navegantes de vacaciones por estas costas es el Gozzo. Una embarcación sólida que también hace frente a olas altas, con motor diesel intraborda.

Cerámica antigua sorrentina que decora las villas de la costa

En Piano di Sorrento, merece la pena visitar el taller de la Ceramica Artistica Sorrentina (Cerámica Artística Sorrentina), que ofrece azulejos, vajillas, platos y accesorios de mesa de todas las formas y tamaños. Las decoraciones son típicas, así como las combinaciones de colores, diferentes y para todos los gustos los temas vegetales y zoomorfos, en su mayoría de temática marina.

El Jardín de Vigliano un agroturismo entre limones

El Agriturismo il Giardino di Vigliano forma parte de una granja cuyos orígenes se remontan a la época romana, con un patio cerrado de conformación clásica del siglo XVII y con una torre de vigilancia contigua contra los ataques sarracenos desde el mar que data de 1500.  El jardín es una antigua casa de limoneros cubierta de paja. Se puede pasear por el jardín a la sombra de los limoneros y las pagliarelle (techos de paja) mientras se contempla el golfo de Sorrento. No lejos de Vigliano se encuentran el faro de Punta Campanella y la bahía de Ieranto.

Torre de Saracino, dos estrellas Michelin, del chef Gennaro Esposito

El restaurante de uno de los chefs que más glorifico se encuentra antes de llegar a Sorrento, en Vico Equense, en la carretera provincial. El restaurante La Torre del Saracino (árabe) es elegante, un restaurante con dos estrellas Michelin. Tiene una parte con vistas al mar, muy agradable al atardecer. Un aparcacoches le ayudará a encontrar sitio para el coche. La cocina de Gennaro Esposito es de contrastes armoniosos. Entre los platos de la carta: erizo de mar con escalope de berenjena y cuajada de leche de cabra. Ensalada de centollo con cuscús de trigo sarraceno. Lauticauda de cordero al espeto con nabos y leche caramelizada. Risotto de albahaca con pez espátula, jugo de ciruela y tomates verdes.

Aqui puede terminar esta parte del itinerario.

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