Corren tiempos difíciles y los cambios de opinión están a la orden del día. Vemos aqui un ejemplo de como un aliado de Estados Unidos responden a las amenazas con aperturas a nuevos mercados. La estrategia de Trump parece cada vez más masoquista. ¿A menos que haya un giro? Pero mientras tanto, crece el miedo.
«Hagamos grande a Estados Unidos, no a China, no a India, no a la carne argentina». La guerra de la administración Trump contra todos continúa.
Esta vez es la responsable de agricultura de EEUU, Brooke Rollins, quien repite el mantra negativo. Llegados a este punto, la estrategia estadounidense empieza a mostrar peligrosos fallos, creando aislamiento y pérdida de confianza en el gigante norteamericano y en su moneda. Desde muchos sectores se echa agua al fuego, mostrando caras tranquilas, como si se esperara un repentino retroceso. Lo que, por otra parte, ya ha ocurrido, por ejemplo con los aranceles levantados sobre el I Phone y la pausa de 90 días en los impuestos sobre los bienes de los aliados occidentales.

El comercio con EE.UU. ha recompensado hasta ahora a Argentina
Las relaciones entre EE.UU. y Argentina son sólidas. Según el último despacho del Instituto de Promoción de Carnes Argentinas (IPCVA), basado en datos de febrero de 2025, EE UU es el tercer comprador de carne gaucha. Si comparamos los datos con 2024, hubo incluso un aumento significativo en la cifra de cantidad comercial.
Argentina exportó 4.000 toneladas de carne a EE.UU., es decir, el 11% de toda la carne que entró en América, incluyendo congelada, fresca y procesada. Por delante de EE.UU. sólo se sitúan Israel, con 4.600 t (14%), y la habitual China, con 32.400 t (41,6%). EE UU no sólo es un importante consumidor de carne argentina. La balanza comercial arroja un déficit de 75 millones de dólares a favor del país sudamericano. Así pues, Estados Unidos es el tercer o cuarto comprador de productos argentinos.
A todos les gustaría negociar condiciones favorables, pero mientras tanto ha comenzado la caza de acuerdos entre terceros países
En política y también en diplomacia internacional no existe la lealtad. O existe mientras a mí me convenga. Trump sólo aplicó el 10% a las mercancías argentinas el fatídico “Día de la Liberación”. En repetidas ocasiones ha afirmado que Milei es uno de sus presidentes favoritos. Por su parte, Milei ha admitido que espera un trato que facilite el libre comercio entre ambos países.
Que es lo que esperan tarde o temprano todos los aliados, incluidos la Unión Europea, Canadá y México. Para obtener estos beneficios, Milei estaría dispuesto a perjudicarse saliendo del Mercosur y convirtiéndose así en un «juguete» en manos de Trump, sin más capacidad de defensa y negociación. El error de los Estados aliados o ex aliados de Estados Unidos es pensar que pueden congraciarse con Trump sometiéndose a él. No se han dado cuenta de que no mirará a nadie a la cara y solo escuchará las voces de aquellos lo suficientemente grandes como para asustarle. Uno trata con el enemigo poderoso y traiciona al amigo débil.
Los acuerdos están listos para ser firmados con Pekín, pero una vez iniciados se quedarán, esto debe quedar claro
Los argentinos sólo tendrían que mirar a otros socios. Por ahora provisionalmente, pero los mercados no improvisan. Necesitan acuerdos, hojas de ruta, compromisos, invertir en nuevos socios y nuevas estructuras, establecer sistemas de intercambio por barco. Una vez emprendido un camino, volver sobre los propios pasos sería costoso y perjudicial para las empresas. A regañadientes, los argentinos estudian cómo aumentar las exportaciones de carne a China, un país hambriento de todo, que busca productos alimenticios baratos por todas partes. Esto tendría un coste para Argentina. Perdería parte de sus antiguos beneficios en este cambio de rumbo, pero al menos no perdería ingresos del todo. Trump debería preocuparse en este punto, más que por las pérdidas de su balanza comercial, por el crecimiento del comercio chino con viejos aliados, algo que parece inevitable.
Trump hará todo lo que esté en su mano para convencer, por las malas si hace falta, de que no miren a China
El Gobierno de EEUU tiene cartas en la mano para convencer a los argentinos de que no se lancen a otras aventuras comerciales. Cartas por valor de 20.000 millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional, con respaldo estadounidense, podría entregar al Gobierno argentino en los próximos meses y evitar una devaluación. Así lo cree el analista económico Tobías Berlgrano, de la CNN. Se están celebrando reuniones bilaterales entre ambas administraciones, entre ellas con el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, y el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent.
Mercosur y la Unión Europea no deben negociar en odìrdine scattergories
La estrategia de Trump es la misma que la de las grandes potencias: yo te ayudo con préstamos, pero tú sólo haces negocios conmigo y al precio que yo te diga. El objetivo es evidente. Estás atado de pies y manos a mis decisiones pero si te vas con el enemigo (China) te haré la guerra. ¿Cómo responderá Milei a la nada velada amenaza de su aliado? ¿Accederá o no al acuerdo con China? En un mundo dominado por gobiernos soberanistas como el de Trump y el de Milei, el peligro de que cada uno haga lo suyo está a la orden del día. Para China y EEUU pactar con estados individuales sería como tenerlos en el bolsillo. Mercosur y la UE no deberían separarse ahora.
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