Papi italiani e stranieri sul trono di PietroPapi italiani e stranieri sul trono di Pietro

A lo largo de la historia ha habido 217 Papas italianos y sólo 47 de otros países. Desde 1978 sólo ha habido Papas extranjeros: Woytila, Ratzinger, Bergoglio y ahora Prevost. ¿Intentan compensarlo?

La centralidad italiana y sobre todo romana en el papado tiene raíces históricas, teológicas y políticas. Roma es el lugar del martirio de Pedro y Pablo, el corazón simbólico del cristianismo occidental. Durante siglos, la Iglesia ha sido un poder tanto territorial como espiritual, ligado a la dinámica de la península itálica.

Desde 1059, el Papa sólo es elegido por los cardenales.

En los primeros siglos, la elección del Papa se confiaba al clero y al pueblo de Roma, con métodos diversos.  Con el Decreto de Nicolás II (1059), el derecho a elegir al Papa se reservó a los cardenales. Tras una elección que duró casi tres años (1268-1271), Gregorio X introdujo el Cónclave (cum clave, «cerrado») para acelerar las decisiones. El Cónclave para elegir al Papa en su forma moderna se remonta a 1274, cuando fue establecido oficialmente por el Papa Gregorio X, con la constitución apostólica Ubi Periculum

Las principales reglas del Cónclave son fijadas por los Papas

El voto es secreto. Se necesita una mayoría de 2/3 para la elección, a menos que el Papa cambie la regla, como hizo Benedicto XVI en 2007, luego restaurada por Francisco.

En la actualidad, el Cónclave se rige por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, querida por Juan Pablo II en 1996 y posteriores modificaciones.

Esta disparidad de la excesiva presencia de papas italianos, ¿ha sido buena o mala?

Podemos verlo en cierto modo como «Continuidad frente a Universalidad». Ha sido bueno si consideramos una cierta homogeneidad cultural que quizás ha garantizado la estabilidad doctrinal y organizativa, facilitando la transmisión de las tradiciones. 

Pero ha sido malo en el sentido de que la Iglesia profesa ser «católica» (es decir, universal), pero durante siglos el papado fue un «club demasiado italiano», que limitaba la representación de otras culturas y sensibilidades. Esto ha alimentado la idea de una institución eurocéntrica, alejada de las realidades globales. 

La calidad siempre es mejor que la cantidad

Haber tenido tantos papas italianos no es en sí mismo sinónimo de calidad. Al contrario. Alimenta la lógica palaciega, los beneficios familiares, la corrupción. En los años 80 surgieron inquietantes connivencias entre el banco vaticano (Ior), la mafia y el crimen organizado (surgieron con el caso de Emanuela Orlandi, de 15 años, secuestrada en el 83 para chantajear a las autoridades vaticanas y nunca encontrada).

La longevidad de la Iglesia (2000 años) no es necesariamente un indicador de calidad, como muchos quieren hacernos creer. Muchos Papas italianos fueron mediocres, corruptos o instrumentalizados por poderes temporales (por ejemplo, el Renacimiento, con Papas como Alejandro VI Borgia).  Al mismo tiempo, algunos Papas no italianos (por ejemplo, el polaco Juan Pablo II o el alemán Benedicto XVI) aportaron importantes contribuciones teológicas y pastorales, demostrando que la apertura podía enriquecer a la Iglesia. 

Los escándalos y los errores también han afectado a los extranjeros

A pesar de ser extranjeros, también ellos han sido muy criticados por actitudes abiertamente regresivas en el terreno de los escándalos. Como la de haber silenciado la implicación de sacerdotes en casos de pederastia en las distintas diócesis e incluso en el Vaticano. Sobre la cerrazón a los temas del aborto, el matrimonio homosexual, la apertura a los divorciados, el final de la vida. En el caso de Woytila, entonces, pesó su indulgencia hacia regímenes fascistas y golpistas como el de Chile, cuando ese país estaba sometido a la dictadura militar de Pinochet. Su abandono a Monseñor Óscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador. Fue asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba misa en la capilla del Hospital de la Divina Providencia de San Salvador. Romero se entrevistó con Juan Pablo II en 1979 para denunciar la violencia del gobierno salvadoreño, pero el Papa, preocupado por la influencia marxista en América Latina, no dio un apoyo explícito a su causa.

Todo esto, afortunadamente, ha llegado a su fin con el Papa Bergoglio, argentino de origen piamontés, pero portador de las isatitudes de una Iglesia mucho más cercana a los problemas reales de la población.

Política e innovación 

La italianidad del papado ha significado a menudo verse atrapado en juegos de poder locales (por ejemplo, los Estados Pontificios hasta 1870). Sólo con la pérdida del poder temporal comenzó la Iglesia a replantearse como una voz global.  Hoy, con una creciente base católica en África, Asia y América Latina, la ausencia de papas de estos continentes parece anacrónica y perdedora en términos evangélicos.  Creo que hay que poner remedio a esto y la elección del cardenal Roberto Prevost parece ir en esa dirección.

Más malo que bueno haber tenido tantos italianos en el trono de Pedro

En conclusión, debo decir que ha sido más bien una mala cosa. Un liderazgo más diversificado podría haber hecho a la Iglesia más capaz de dialogar con mundos diferentes, más humilde a la hora de reconocer sus parcialidades culturales, y quizá más resistente a los escándalos y a la corrupción (a menudo ligada a redes italianas). La cantidad de años no es suficiente: sin una renovación en la calidad -incluida la representación- la respuesta a la actual crisis de fe corre el riesgo de ser ineficaz. 

El nuevo Pontífice Lene XIV

El Papa Francisco, el primer pontífice no europeo en siglos, ha sido un innovador y ha dado muchos pasos adelante, pero queda mucho camino por recorrer. El reto es superar el tribalismo cultural sin caer en un relativismo vacío. Veamos si León XIV (Robert Francis Prevost), que es estadounidense de nacimiento pero también ciudadano peruano y que conoce el problema de los migrantes, será capaz de conducir a la Iglesia de Roma por los caminos llenos de baches pero más humanos del sur global. Mientras tanto, el fuerte llamamiento a la Paz en el mundo augura su intercesión en defensa de los derechos de los más débiles y de las víctimas civiles de las guerras y masacres en curso.

Carlo Raspollini

Por Carlo Raspollini

Periodista, presentador, autor, director y productor con una destacada trayectoria de más de 40 años en la Rai y otras cadenas líderes de radio y televisión en Italia. Especialista en consultoría gastronómica y sumiller AIS. Ideator de Eventos internacionales y format para radio-tv-web, combinando su pasión por la comunicación, marketing, advertising, con la cultura enológica y el medio ambiente.

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