“Debemos acoger su legado”. Nacido en Schiavon, una localidad cercana a Vicenza, Italia, creció Pietro Parolin, quien desde niño mostró interés por la liturgia religiosa y expresó, según afirman familiares y amigos cercanos, el deseo de “llegar a ser Papa”. Hoy, a sus 70 años, es una figura clave dentro del Vaticano.
Desde la llegada del Papa Francisco, el cardenal Parolin se ha desempeñado como secretario de Estado del Vaticano, un cargo que lo ha convertido en una figura cercana al Pontífice y en responsable de la administración y relaciones diplomáticas del Estado. Su posición le ha permitido viajar ampliamente y relacionarse con cardenales de todo el mundo, ganándose reputación como un personaje conocido y confiable.
A pesar de su relevancia, hay quienes señalan que “ningún secretario de Estado ha sido Papa”. Este hecho, junto con el deseo de algunos sectores por renovar la cúpula vaticana y alejarse de la línea de trabajo impulsada por Francisco —gestada precisamente por Parolin— podría jugar en su contra.
El ala más conservadora de la Iglesia busca un representante que retome un modelo más dogmático. Aunque Parolin no pertenece a esta corriente, su perfil “negociador y moderado” lo convierte en una figura de consenso. No es tan progresista como Francisco ni tan conservador como otros candidatos, lo que lo posiciona en el centro del espectro dogmático con respecto al futuro de la Iglesia Católica y su política de Estado.
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Sin embargo, su mayor debilidad es la falta de experiencia pastoral. Su carrera ha estado centrada en el ámbito diplomático, lo que ha limitado su ejercicio como sacerdote en parroquias o diócesis, una cualidad que podría ser valorada como esencial por los 133 cardenales electores que participarán en el cónclave del próximo 7 de mayo.
En cuanto a la edad, Parolin juega con ventaja. Con 70 años, se considera que representa un equilibrio ideal: ni demasiado joven, evitando un papado excesivamente largo, ni demasiado mayor, lo que podría significar un pontificado breve sin oportunidad de consolidar un legado.
¿La fama juega a favor o en contra del cardenal?
Pietro Parolin figura entre los favoritos para suceder a Francisco, y su nombre resuena con fuerza en medios internacionales, casas de apuestas y círculos eclesiásticos. Aún no hay certeza sobre quién será el próximo líder de la Iglesia Católica, pero su notoriedad podría jugar a su favor… o en su contra. Todo dependerá de la decisión que tomen los cardenales, quienes deberán alcanzar una mayoría de dos tercios —al menos 88 votos— en las votaciones que se realizarán dos veces al día hasta lograr un consenso.