Como muchos otros inmigrantes italianos, fue capaz de construir un imperio en el sector de la cerrajería partiendo de la nada. Ayudó a desarrollar un mercado en Brasil gracias a la experiencia adquirida en su tierra natal y a las continuas inversiones en suministros y maquinaria y equipos industriales que llegaron de Italia.
Cuando se abre una puerta en Brasil, la manilla es sin duda “Papaiz”. Lo mismo ocurre en otros países del continente americano, en Hong Kong y en Asia, donde Luigi Papaiz había extendido su imperio en el sector de la cerrajería. Hoy Luigi ya no está, se fue en 2004 en su casa de Bolonia, adonde había regresado tras una vida dedicada al trabajo en Brasil.
Con la ola migratoria de la posguerra aterrizó en Brasil
Su aventura había comenzado en Bolonia en 1947, inmediatamente después de la guerra, y Papaiz siempre permaneció ligado a la ciudad de Bolonia. Había nacido en Friuli en 1924, pero había estudiado en el internado Don Bosco de los Salesianos. Se había casado con Angela, una boloñesa, y de allí había partido como tantos otros para buscar fortuna en São Paulo, en Brasil, en el barrio de Vila Prudente. Corría el año 1950. Como muchos de nuestros compatriotas, había confiado en su inteligencia, su espíritu de iniciativa, la habilidad de quien sabe cómo se hacen las cosas, y había creado un imperio de la nada, conquistando mercado tras mercado. Un ejemplo del futuro “Made by Italians”, es decir, de una marca que reúne a todos los que saben combinar experiencia y conocimientos con creatividad totalmente italiana. Una asociación de empresarios italianos y de ascendencia italiana que ofrecen la calidad de sus conocimientos y que han hecho grandes a los países en los que viven y a la propia Italia.
Cada italiano en el extranjero es un activo para “Made in Italy”
En 2003 recibió un premio como Embajador de la Italianidad en el extranjero. Un gesto que se quedó en poco. Poco comparado con lo que había hecho por sí mismo, por su comunidad y por Italia. Porque cada empresa, emprendimiento, iniciativa que un italiano en el extranjero crea y hace crecer con éxito, es un crecimiento del mercado italiano. La maquinaria, los productos, los conocimientos, la profesionalidad, el diseño y las instalaciones de producción vienen de Italia y contribuyen al crecimiento del mercado italiano, aunque se desarrollen en el extranjero.
De la nada, su fábrica se ha extendido, exportando a 40 países
Fundó una fábrica de manillas en 1952 y luego abrió la empresa en la ciudad de Diadema en 1982, exportando a 40 países. El suministro de cerraduras a la industria del mueble permitió el crecimiento inicial de la empresa, cuya lógica ha sido siempre destinar recursos al desarrollo empresarial mediante la inversión continua en maquinaria y equipos industriales de última generación, así como la promoción constante del factor humano. Posteriormente, la empresa empezó a fabricar candados y, en la década de 1970, también cerraduras de alta seguridad para uso doméstico.
Las primeras máquinas, equipos y conocimientos proceden de Italia
Las primeras máquinas automáticas se importaron inicialmente de Italia en la década de 1960 y, ya en el nuevo milenio, la empresa Papaiz entró en el segmento de los marcos normalizados, introduciendo nuevos productos, con el objetivo de ofrecer al mercado productos más sofisticados para satisfacer las necesidades más complejas de los consumidores.
Los productos de alta calidad de Papaiz se exportan a más de 40 países, a través de representantes y distribuidores en todo el mundo. Fue Luigi quien patentó en 1996 un conjunto de manilla y cerradura equipado con un revolucionario cilindro «tetra» a prueba de los ladrones más hábiles.
Una historia sólo de ingenio, experiencia y trabajo
La historia de Luigi Papaiz es un ejemplo emblemático de cómo el ingenio, el trabajo y la capacidad de adaptación de los emigrantes italianos contribuyeron al desarrollo económico e industrial de los países que los acogieron. Su historia encarna el espíritu emprendedor italiano y la capacidad de convertir una pequeña idea en un éxito mundial.
En la actualidad, el Grupo Papaiz cuenta con nada menos que tres unidades de producción, tres grandes plantas industriales equipadas con las tecnologías más avanzadas: Papaiz, Udinese Metais y Papaiz Nordeste, esta última en la planta de Salvador (Bahía) inaugurada en 2000. El último paso del Grupo fue la creación de Friuli Agropecuária, que desarrolla actividades en el sector de la reforestación en las regiones del sur de Mato Grosso y Bahía.
En 2015, sus empresas fueron absorbidas por un grupo sueco
En 2015, Papaiz fue adquirida por la sueca gupo ASSA ABLOY, que comprende más de 400 empresas subsidiarias en 70 países. En Brasil, desde 2005, ASSA ABLOY ha adquirido marcas nacionales de gran calidad y prestigio entre brasileños como La Fonte, Papaiz, Silvana, Udinese, Metalika y Vault. Además de las marcas locales, el Grupo cuenta con multitud de soluciones de marcas internacionales como Yale, Securitron, Norton, Medeco, Hes, entre otras. Tanto en Brasil como en el resto del mundo, la fortaleza del grupo es la variedad de productos tradicionales y especialmente aquellos que añaden nuevas tecnologías y que se pueden combinar para crear soluciones completas de seguridad y apertura de puertas.