1) Pregunta: Virgilio, ¿puedes contarnos sobre tu llegada a Costa Rica y cómo comenzaste tu camino en el mundo de la viticultura tropical?
Respuesta: Cuando era joven, vivía en Fregene (Roma), con mi hermano Giuseppe y mis padres Fiorenzo y Rina. Llegamos a principios de diciembre de 1972 y nos establecimos en una pequeña finca en Playa Panamá (Guanacaste), que compramos en Italia a través de algunos amigos costarricenses. No había camino para llegar allí y era un lugar completamente aislado, sin luz, teléfono y otros servicios. Una vez allí, tuvimos que adaptarnos a la realidad. La casa era una choza y el agua venía de un pozo cavado a mano. Nuestro proyecto era producir uvas y vino, parte de la cultura de los Vidor, considerando que todos mis parientes paternos son originarios de Col San Martino en la provincia de Treviso, en la zona del prosecco. Llevamos las primeras plantas desde Italia (10 variedades), que fueron regadas con el rudimentario pozo existente. En poco tiempo, los periódicos se interesaron en nuestro trabajo y la primera uva fue presentada por nosotros junto al encargado de negocios de la Embajada Italiana, al Ministro de Agricultura y al Presidente de la República. Luego, se presentó el primer vino comercial local. El éxito fue enorme y todos los medios comenzaron a hablar de ello, continuando durante los años 70 y 80, con un éxito tras otro, gracias también al proyecto de investigación promovido por el Presidente y el Ministro, y financiado por EE. UU. (USAid) y Costa Rica (varias instituciones), tanto en nuestra finca como a través de pequeños y medianos agricultores, en colaboración con Centros Universitarios e Instituciones para el desarrollo rural.
2) Pregunta: ¿Cuáles han sido los principales desafíos que has enfrentado al crear variedades de uva aptas para el clima tropical y cómo los has superado?
Respuesta: Los primeros años dedicados a la investigación con EE. UU. y Costa Rica se dedicaron a la experimentación con 350 variedades e híbridos (muchos de la Universidad de Davis, California, y otros, de vides locales de nuestra colección, además de las que trajimos de Italia). Pudimos definir 3 o 4 variedades con buenas posibilidades en el país, aunque la calidad y funcionalidad de las uvas de otros climas en los trópicos no es la misma. Desafortunadamente, junto con otros investigadores, descubrimos la presencia (endémica en Costa Rica) de la Xylella fastidiosa, una bacteria que ataca la vid europea y otras especies. El proyecto, por supuesto, terminó, aunque nuestras vides aún no estaban enfermas. Entonces se me ocurrió una brillante idea, pero difícil de realizar. Considerando que la vid silvestre local (única especie en el trópico americano) no es susceptible a la Xylella nativa, pensé en hibridarla con nuestras vides. Obviamente, era un trabajo titánico para poder obtener vides autóctonas resistentes y de calidad, por lo que comencé a fundar y desarrollar durante más de 50 años una viticultura tropical totalmente nueva, buscando un equilibrio entre calidad, resistencia y funcionalidad, primero en mi finca con mi familia, luego en Centroamérica, durante los aproximadamente 40 años de trabajo como Jefe de Misión Permanente en proyectos de desarrollo rural y agrícola de la UE. Finalmente, desde hace unos 30 años, estoy realizando la investigación en mi jardín-laboratorio en Curridabat.
3) Pregunta: ¿Cómo se refleja tu herencia italiana en tu trabajo y en la cultura del vino que has desarrollado en Costa Rica?
Respuesta: Para crear una viticultura real y funcional, era necesario obtener vides completamente nuevas y autóctonas, combinando la biología y la cultura. Como se sabe, en Italia, las uvas y el vino son parte de nuestra historia, cultura y entorno. Por lo tanto, mi objetivo, para ser verdadero y sostenible, era crear «uvas genéticamente tropicales», no simplemente «uvas europeas adaptadas». Todo esto, para ser sostenible, debe integrarse perfectamente en su territorio, entorno y cultura local. La herencia que quiero dejar es que en Costa Rica la viticultura y la vinificación sean una práctica agrícola, económica y cultural funcional y habitual, como lo ha sido el café en los últimos 200 años (al cual nuestros compatriotas que fundaron San Vito en el sur del país contribuyeron mucho). Por supuesto, aún se necesita tiempo. Desafortunadamente, no todos entienden bien la importancia de la viticultura en el mundo, en la economía, en la sociedad, en su historia y cultura. Les prometo más éxitos. Con mi apoyo en los últimos 52 años, están surgiendo pequeñas inversiones vitivinícolas y se está difundiendo una viticultura tropical nueva y sostenible. También enseño a cultivar uvas y a transformar sus productos. Espero que esta herencia italiana se refleje cada vez más en el desarrollo productivo, económico y social de una actividad que, originada en una cultura típicamente mediterránea, se está fusionando felizmente en un matrimonio de amor con una cultura vitivinícola tropical. Teóricamente, mis nuevas variedades de vides resistentes o inmunes a la Xylella fastidiosa (que lamentablemente ya ha llegado a Europa amenazando sus viñedos), podrían adaptarse también al cambio climático en cuanto a la tropicalización del Mediterráneo. La calidad es excelente, porque la vid tropical Vitis Tiliifolia, cruzada con la vid local, al ser neutra, no transmite sabores extraños. Se ha abierto un nuevo camino hacia el futuro de una nueva Viticultura Tropical, pasando, con mis nuevas variedades, de «adaptativa, a autóctona».
4) Pregunta: ¿Qué reconocimientos has recibido por tu trabajo y qué significan para ti, especialmente la medalla de Comendador de la Orden al Mérito de la República?
Respuesta: Mi trabajo desde 1972 hasta hoy se ha desarrollado simultáneamente en dos grandes actividades: a) La investigación científica sobre la viticultura tropical, con la creación de nuevas uvas de calidad, especialmente para vino, genéticamente y funcionalmente tropicales. Este hecho representa una gran novedad a nivel mundial, abriendo un nuevo camino de estudio y desarrollo vitícola. En estos 52 años de investigación, he obtenido alrededor de 20 híbridos tropicales de valor entre varios millones de plantas híbridas (un trabajo largo y complicado). Está a punto de comenzar el proceso para el registro oficial de la primera uva tropical de calidad para vino, seguida de otras. Un hecho histórico. En este proceso, colaboran conmigo la «OFINASE (Oficina Nacional de Semillas del MAG)», el «ITCR (Instituto Tecnológico de Costa Rica)», la «Municipalidad de Curridabat», la UNED (Universidad Estatal a Distancia) y otras instituciones nacionales e internacionales. b) Durante aproximadamente 40 años, he trabajado paralelamente como Consultor Internacional para la Cooperación al Desarrollo, con varias organizaciones internacionales, principalmente con la UE (EuropeAid), pero también con USAid y el BID (Banco Interamericano de Desarrollo). Mi trabajo siempre ha sido como Jefe de Misión Permanente de Asistencia Técnica y Co-Director de la UE de proyectos y programas de Desarrollo Rural y Local Integrado y Sostenible, a favor de las poblaciones pobres en Centroamérica. También coordiné el proceso de cooperación entre proyectos de desarrollo rural de la UE en Centroamérica. A lo largo de mi carrera profesional, he contribuido a la reducción de la pobreza de aproximadamente dos millones de centroamericanos. c) Todo esto ha hecho que haya podido recibir muchos reconocimientos, tanto de Organizaciones e Instituciones locales y nacionales como de Organismos Internacionales. El reconocimiento más importante lo recibí de la Delegación de la UE para América Central y Panamá (entonces en Managua), premiándome por la excelencia e importancia de mi contribución a la Cooperación al Desarrollo en América Central a favor de las poblaciones pobres y marginadas. d) El Presidente de la República, Sergio Mattarella, me concedió en diciembre de 2019, sobre la base de los resultados de mi historia de vida curricular y de todo el trabajo realizado por mí (tanto en investigación científica vitivinícola como en cooperación al desarrollo con la UE), el título de «Comendador de la Orden al Mérito de la República» (debido a la crisis del COVID, lo recibí más tarde). Este alto reconocimiento otorgado por mi país representa para mí el máximo de mis aspiraciones y me anima a continuar aún más mi investigación.
5) Pregunta: ¿Cómo ha influido tu trabajo en la comunidad italiana e italodescendiente en Costa Rica?
Respuesta: Mi trabajo, obviamente, contribuye a conectar a los italianos e italodescendientes con su cultura de origen, también relacionada con el mundo del vino y las uvas. Muchos italianos y otros, me contactan para plantar viñas y asisten a mis cursos, clases y talleres prácticos. No podría dar una proporción precisa, pero muchos de mis seguidores en las redes sociales (en Facebook 155,000) son italianos e italodescendientes. Esto contribuye a una mayor cohesión entre todos nosotros y a una difusión de la cultura y la ciencia italiana en Costa Rica en general. Además, contribuye a aumentar las capacidades en este campo de los centros de estudio y educación en el país, con los cuales estoy colaborando (incluso a nivel de educación primaria y secundaria). Estoy orgulloso de contribuir a esta causa fantástica.
6) Pregunta: ¿Cuál es tu vino favorito que has producido y por qué tiene un significado especial para ti?
Respuesta: No es lógico investigar sobre las uvas tropicales si no se experimentan los vinos que producen. Para cada nuevo tipo de vid que creo, hago experimentos con tres, cuatro e incluso cinco tipos diferentes de vino, mediante microvinificaciones artesanales. Por lo tanto, estamos hablando actualmente de al menos 40-50 tipos de vino en estos 52 años. Muchos son buenos, pero últimamente creo que he alcanzado un equilibrio particular en un vino de color granate claro, al que llamo Peppevidor, proveniente de un híbrido que está en proceso de registro como una nueva invención a nivel mundial. Es en honor a mi hermano Giuseppe Vidor, fallecido en 2022 en California, gran viticultor, como lo fueron mi padre Fiorenzo y mi abuelo Giovanni. También tengo un vino (excelente) en honor a mi abuelo, llamado Nonno Giovanni. Ya estoy seleccionando uno en honor a mi padre y mi madre.
7) Pregunta: ¿Cuáles son tus proyectos futuros y cómo planeas seguir promoviendo la viticultura tropical?
Respuesta: Mis proyectos se centran (debido a mi edad) en acelerar la investigación vitivinícola, el registro de nuevas variedades, proyectos de difusión vitivinícola a nivel urbano-rural, colaboración técnica con centros de estudio, etc. Todo esto, colaborando con OFINASE, ITCR, UNED, la Municipalidad de Curridabat y también la UCR a través de INIFAR (estudios farmacéuticos), además de los Laboratorios biotecnológicos del ITCR y la UCR. No menciono otros organismos porque son muchos. A nivel internacional, cabe mencionar los intercambios que he tenido y tengo en curso con el CNR (Italia), el INRA (Francia), UC/Davis y UC/Fresno (EE. UU.). Lo ideal es que mi trabajo pueda realizarse en el futuro a través de una institución en Costa Rica sin fines de lucro, para difundir la nueva viticultura tropical en Centroamérica. Además, mi colección consta de alrededor de 800 biotipos de vid, que son una base genética muy rica entre las más grandes en los trópicos. Los interesados en el tema pueden encontrarme en los siguientes enlaces:
(Facebook)= https://www.facebook.com/virgiliovidor14 y https://www.facebook.com/virgilio.vidor/
(Youtube)= https://www.youtube.com/@virgiliovidorviticulturatr4777
(Linkedin)= https://www.linkedin.com/in/virgilio-vidor-0676a71b/
(Email)= atevidor@gmail.com