El COVID-19 transformó las intimidad de las parejas y las relaciones sexuales en el mundo. En América Latina hay diferencias generacionales, impacto en trabajadores sexuales y nuevas normas. Sin embargo, con el tiempo, estas precauciones se desvanecen. La pandemia sigue siendo una amenaza latente
La pandemia de COVID-19 no solo alteró la vida social y económica de América Latina, sino también la intimidad. Desde cambios en el comportamiento sexual hasta el impacto devastador en los trabajadores sexuales, la región ha experimentado transformaciones profundas. Este artículo analiza cómo diferentes generaciones enfrentaron los riesgos, la adaptación del comercio sexual y los datos clave de países como Brasil, Argentina y México, y en la America Central tambièn.
Las causas de la pandemia siguen presentes
Dado que las causas que originaron la pandemia de COVID-19 no se han eliminado por completo, y aún persisten situaciones de promiscuidad entre animales salvajes y domésticos —especialmente en mercados asiáticos—, donde agentes contaminantes pueden saltar de una especie a otra (incluidos los humanos), la pandemia sigue siendo una amenaza latente. No hay garantías de que, en tal escenario, estemos mejor preparados que antes: un nuevo virus podría ser completamente distinto y las vacunas no estarían disponibles de inmediato.
No hemos cambiado del todo nuestro modo de vivir
Lo que deberíamos cambiar son las condiciones que facilitan el contagio:
Higiene personal y colectiva.
Limpieza en espacios de trabajo y vida cotidiana.
Distancias entre personas y con los animales.
Sin embargo, con el tiempo, estas precauciones se desvanecen. La gente tiende a volver al pasado, a olvidar, a repetir hábitos de riesgo —incluso en gestos cotidianos como el amor y el sexo—, ignorando el peligro oculto en ellos. ¿Cómo reaccionaron las personas en nuestro continente tras la pandemia?
Juventud vs. adultos: ¿quién tuvo más miedo al contagio?
Los jóvenes (18-35 años): entre la información y la inconsciencia. Estudios como los del Instituto Kinsey (2021) revelan que los jóvenes latinoamericanos fueron los primeros en retomar el sexo ocasional, pero con estrategias adaptadas. Uso de apps y filtros previos: plataformas como Tinder registraron un aumento en chats prolongados para «evaluar riesgos» antes de encuentros físicos (Datos de Fiocruz, Brasil, 2022). Búsqueda de seguridad: en Brasil, el 40% de los menores de 30 años evitaba besos con parejas nuevas, pero solo el 30% renunció al sexo casual (Universidade de São Paulo, 2021). Brecha de conciencia: aunque muchos accedían a información científica por redes sociales, otros subestimaban el peligro, especialmente en zonas con baja percepción de mortalidad.
Adultos (40+ años): cautela y aislamiento
Menos actividad sexual: encuestas de la UNAM en México (2021) muestran que los mayores de 50 redujeron encuentros íntimos, priorizando relaciones estables o abstinencia. Miedo persistente: en Argentina, un 60% de adultos declaró evitar contactos nuevos incluso después de la vacunación (CONICET, 2022).
Trabajadores sexuales: entre la innovación y la supervivencia
La caída del 70% en ingresos durante los confinamientos, fue un problema economico grave por la categoria. Muchas trabajadoras sexuales en países como Colombia y México quedaron sin ingresos (UNAIDS, 2022). Migración al mundo digital: plataformas como OnlyFans o transmisiones en vivo se volvieron alternativas clave, aunque no siempre accesibles para todas (RedTraSex, 2022).
Riesgos y resistencia organizada
Exposición al virus y violencia: en Brasil, el 45% de las trabajadoras sexuales reportaron clientes que se negaban a usar protección (PLOS One, 2023).
Redes de apoyo: en Argentina, cooperativas como AMMAR distribuyeron kits de higiene y abogaron por acceso prioritario a vacunas (CONICET, 2022).
En México, muchas trabajadoras fueron excluidas de programas sociales, agravando su vulnerabilidad (Salud Pública de México, 2021).
América Latina: datos clave por país
En Brasil el 55% de la población evitó el sexo casual, pero solo el 30% de los jóvenes (Fiocruz). En Argentina aumentó del 200% en uso de plataformas virtuales para encuentros íntimos (CONICET). En México el 45% de trabajadoras sexuales perdieron clientes habituales, con efectos económicos a largo plazo (UNAM).
Aunque gran parte de los estudios sobre sexualidad y pandemia se han centrado en Sudamérica o México, los países de Centroamérica —Guatemala, Costa Rica, El Salvador y Nicaragua— vivieron realidades únicas marcadas por políticas de salud divergentes, altos niveles de informalidad laboral y una fuerte influencia religiosa.
Se incrementó la solitud y la distancia
La pandemia aceleró cambios en la sexualidad latinoamericana, pero con profundas desigualdades: mientras los jóvenes combinaban precaución y rebeldía, los adultos optaron por el aislamiento. Los trabajadores sexuales, ya marginados, enfrentaron crisis económica y salud, pero también demostraron resiliencia mediante redes solidarias.
Aunque algunos comportamientos han vuelto a la «normalidad», la huella del miedo y la innovación forzada persiste, especialmente en grupos vulnerables. América Latina, con su mix único de informalidad y activismo, ofrece lecciones globales sobre cómo la intimidad se adapta a las crisis.
Que ocurrió en los paises de Centro America
Tabúes persistentes: en zonas rurales, hablar de sexualidad sigue siendo un desafío, lo que dificultó campañas de prevención. En Guatemala jóvenes de 18-35 años, el estudio de la Universidad de San Carlos (2021) reveló que el 65% de los jóvenes urbanos mantuvo actividad sexual durante la pandemia, pero con restricciones. Menos encuentros casuales: solo el 25% tuvo sexo con parejas nuevas, frente al 48% prepandemia. Uso de redes sociales: aumentó el sexting y citas virtuales, especialmente en zonas urbanas.
Para los adultos (40+ años) la abstinencia fue más común, con un 40% reportando menos actividad sexual (Encuesta Nacional de Salud, 2022).
Trabajadores sexuales: entre el abandono y la resiliencia
Las trabajadoras sexuales no fueron incluidas en programas de apoyo económico. El trabajo clandestino y los riesgos aumentaron. Muchas continuaron trabajando sin protección, aumentando contagios (Asociación de Trabajadoras Salvadoreñas, 2022). En El Salvador la cuarentena estricta redujo encuentros sexuales en un 60% según MINSAL (2021). Jóvenes en zonas rurales con menos acceso a información, mayor dependencia de relaciones tradicionales. Aumento de embarazos adolescentes. Pese a las restricciones, El Salvador registró un repunte del 15% en embarazos en menores de 19 años (UNFPA, 2022), sugiriendo falta de acceso a anticonceptivos. La ifluencia de la Iglesia Católica en países como El Salvador y Guatemala y, ademas, la educación sexual limitada, contribuyó a menos uso de preservativos.
Los jovenes conocía los riesgos pero no usaba protección
En Costa Rica jóvenes más informados pero menos precavidos. Según la Universidad de Costa Rica (UCR, 2022), el 70% de los jóvenes conocía los riesgos de transmisión, pero solo el 35% usaba protección adicional (mascarillas, desinfección). Aumento de apps de citas: Tinder y Bumble registraron un crecimiento del 50% en usuarios costarricenses durante 2020-2021. Adultos con mayor cautela: El 55% evitó encuentros íntimos fuera de relaciones estables (CCSS, 2021).
Mayor organización y apoyo. Colectivos como Transvida distribuyeron kits de higiene y promovieron pruebas rápidas. La caída del 50% en ingresos, no determinó una migración total a las plataformas digitales.
Por falta de informaciones centralizada muchos jovenes ignoran riesgos
En Nicaragua hay falta de datos oficiales. La opacidad del gobierno dificulta medir el impacto, pero ONGs reportan aumento de violencia contra trabajadoras sexuales (CENIDH, 2022). El gobierno minimizó la pandemia, lo que llevó a que muchos jóvenes ignoraran riesgos (Estudio CIES-UNAN, 2021). Sexo casual sin cambios significativos. A diferencia de otros países, no hubo una reducción drástica en encuentros ocasionales.
Centroamérica vivió un impacto desigual: mientras Costa Rica mostró cierta adaptación con apoyo a trabajadoras sexuales, países como Nicaragua y El Salvador enfrentaron mayores riesgos por falta de políticas claras. Los jóvenes urbanos fueron más flexibles, pero la desinformación en zonas rurales y la exclusión de trabajadoras sexuales dejaron secuelas profundas.
Referencias clave:
– Fiocruz (Brasil), Encuesta Nacional de Comportamiento Sexual, 2022.
– CONICET (Argentina), Impacto del COVID-19 en relaciones íntimas, 2022.
– RedTraSex, Informe sobre trabajadoras sexuales en pandemia, 2022.
– PLOS One, Health Risks Among Sex Workers in Latin America, 2023.
– Univ. de San Carlos (Guatemala), Impacto del COVID-19 en conductas sexuales, 2021.
– CCSS (Costa Rica), Encuesta de Salud Sexual Post-Pandemia, 2021.
– UNFPA, Embarazos adolescentes en El Salvador, 2022.
– CENIDH (Nicaragua), Derechos humanos y trabajo sexual, 2022.