La pandemia nos enseñó que la higiene personal no es solo un acto de respeto hacia los demás, sino también hacia uno mismo. Algunos pueblos ya habían asimilado estos principios, como los japoneses, mientras que para muchos otros —tanto en Asia como en Sudamérica— la higiene aún lucha por consolidarse como norma de vida.
La higiene personal varía drásticamente según la cultura, el clima y las normas sociales. Desde la frecuencia de duchas hasta el cambio de ropa interior, estos son los países que destacan —para bien o para mal— en limpieza corporal y hábitos cotidianos. Lo japoneses lideran el ranking de higiene. Ellos suelen ducharse al menos una vez al día, muchos incluso dos veces (mañana y noche). El onsen (baño termal) es una tradición cultural que refuerza la importancia de la limpieza. Además, el cambio de ropa interior y calcetines es diario, y el lavado de manos antes de comer es una regla inquebrantable.
Los nordicos europeos se limpian muchissimo
En Suecia, Dinamarca y Finlandia, la sauna es un ritual semanal que promueve la limpieza. Aunque algunos nórdicos reducen las duchas a solo unas veces por semana por conciencia ecológica, su higiene íntima es impecable: el 98% cambia su ropa interior a diario, según estudios.
Los más higiénicos de Latinoamérica: Argentina y Costa Rica
En la región, Argentina destaca por su apego a la ducha diaria (a veces hasta dos en verano). El uso de desodorante y perfume es casi obligatorio, y el lavado de manos post-pandemia se mantiene como hábito.
Costa Rica, por su clima tropical, tiene una cultura de baño frecuente. La ropa interior se cambia religiosamente cada día, y la higiene bucal es prioridad.
Los más cuestionados: India y algunos países africanos
En India, aunque el baño matutino es común en áreas urbanas, la falta de acceso a agua potable en zonas rurales limita la higiene. Solo el 60% de la población usa jabón para lavarse las manos, según la OMS. El cambio de ropa interior varía: en ciudades es diario, pero en áreas pobres puede extenderse.
En países como Etiopía o Chad, la escasez de infraestructura sanitaria afecta los hábitos. Menos del 20% de la población rural tiene acceso a agua limpia, lo que reduce la frecuencia de duchas y lavado de ropa.
Higiene íntima y hábitos en la mesa
Japón y Corea del Sur: La limpieza íntima con bidés electrónicos es estándar. En la mesa, servilletas húmedas y palillos evitan el contacto directo con la comida.
México: El lavado de manos antes de comer es común, pero en zonas rurales, la falta de jabón es un problema.
Francia e Italia: Aunque su higiene general es buena, el uso excesivo de perfume históricamente ha sido un sustituto del baño (una costumbre del siglo XVIII que aún genera estereotipos).
La pandemia cambió todo (pero no para todos)
La norma de lavarse las manos con agua y jabón por 20 segundos se adoptó con fuerza en Canadá, Australia y Europa, pero en países como Brasil o Nigeria, la falta de acceso a agua corriente dificultó el cumplimiento. La limpieza depende más de recursos y educación que de cultura. Mientras Japón y los nórdicos brillan por su infraestructura y hábitos, países en desarrollo enfrentan desafíos estructurales. Pero incluso en naciones ricas, hay excepciones: un estudio de YouGov reveló que el 30% de británicos no se ducha a diario. Al final, la higiene es un lujo que no todos pueden permitirse por igual.