¿Es tan difícil hablar italiano sin recurrir constantemente a términos ingleses? Eso parece. A partir de los libros de texto que deberían, en primer lugar, difundir el amor y el interés por la lengua italiana, la invasión de constructos importados está en plena inundación. Durante años, enseñe con la ayuda de un texto de italiano que, en lugar de la palabra “unità” utilizaba descarademnte el término inglés “step”, una barbaridad. ¿Cómo se puede enseñar italiano si incluso los libros de texto utilizan incorrectamente palabras extranjeras?
¿Por qué utilizamos palabras extranjeras, predominantemente ingleses? Para darnos un cierto tono, dirían algunos, para darnos la idea de estar completamente insertos en un contexto global, que nos haga sentir en sintonía con los tiempos y con la necesidad de interactuar en un mundo donde las distancias se reducen cada vez más. La explicación es simplista, pero en algunos casos justificable. Nos vemos obligados a utilizar ciertas palabras debido a la falta de un equivalente real en el idioma italiano (por ejemplo blog, de web log; o internet, abreviatura de red informática interconectada), pero para el resto somos completamente libres de utilizar el equivalente italiano. Brand? Marchio. Team? Squadra. Preview? Anteprima. Stand by? In attesa. Crowd Founding? Raccolta fondi. Feedback? Riscontro. Headline? Titolo. Store? Negozio. Lo tenemos todo, en nuestro idioma. De lo contrario, díganselo a Dante, quien trabajó duro para encontrar más de doce mil palabras para entregarnos un lenguaje completo. Sin mencionar que en muchos casos utilizamos palabras en inglés cuya raíz es la misma que usaríamos en el idioma italiano. Unos ejemplos: location, corporate, community, competitor, dating, mass media. Sólo hay que hacer un pequeño esfuerzo y hablar (o escribir) en italiano.
Hay una razón para tanta xenofilia. Utilizamos términos ingleses porque la mayoría de los italianos no conoce o no aprecia su propia lengua. No conoce la historia y, en consecuencia, carece de sentido de identidad colectiva. El idioma define a una nación, la une, la representa. El uso constante de palabras extranjeras demuestra la brecha que existe entre las personas y su propia cultura, brecha que aumenta a medida que nos volvemos más ignorantes. Esos siete de cada diez italian que padecen de analfabetismo funcional son el termómetro de la mediocridad que, de seguir a este ritmo, hundirá la lengua, incluso encontrando aliados a nivel institucional.
Treccani, por ejemplo, parece disfrutar insertando palabras extranjeras en su vocabulario semana tras semana, como si se tratase de un juego: mood, booster, playlist, flirtare, postcard, photoshoppare, lockdown, hard e soft skill, dog friendly, broadband, deepfake, easy… Son palabras dañinas que, como plantas parásitas, se adhieren al tronco de nuestra lengua para asfixiarlo y carcomerlo poco a poco.
¿Los periódicos? Lo mismo. Examinando solo los títulares de “La Repubblica” encontramos: look, influencer, pressing, lockdown, expat, neet, home banking, red carpet, podcast, fashion, goal line, stage, smartphone, fellowship, last second, weekend, photoshop. Sólo en los titulares. En lugar de frenar el fenómeno, de defender nuestra lengua, los periódicos fomentan la invasión. En las trincheras quedan profesores, algunos intelectuales y la Accademia della Crusca, que pide una ralentización de la epidemia y lo hace con una frase que resume perfectamente el estado de las cosas: a menudo, detrás del uso de una palabra inglesa, se esconde la nada.
El artículo en italiano:
https://maledettitropici.blogspot.com/2021/03/ditelo-in-italiano-lattacco-dellinglese.html