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Las verduras envasadas en bolsas tienen mucho éxito entre los consumidores, pero ¿son realmente preferibles a los productos frescos, que hay que lavar y cortar?
El éxito de las verduras en bolsa, cortadas y lavadas, se debe a la comodidad que supone para el consumidor consumirlas con menos «esfuerzo». Lavarlas hoja por hoja, escurrirlas y luego cortarlas para llevarlas a la mesa se considera un «trabajo» tedioso. Sin embargo, no hay comparación entre la salubridad y bondad de una verdura fresca y una en bolsa.
Una vez recolectadas, las verduras sufren una pérdida progresiva
de vitamina C y A, por lo que consumirlas frescas es un gran beneficio para la salud. Una vez cortada la hoja de lechuga, comienza un proceso de putrefacción que sigue mientras permanece en la bolsa, hasta el momento de su consumo. Otra cosa muy distinta es poner lechuga recién lavada y cortada en la mesa.
Todas las verduras envejecen mientras esperan a ser compradas y consumidas
En la mayoría de los casos, sin embargo, incluso las verduras frescas permanecen en los puestos del mercado dos o tres días antes de ser compradas. El vendedor de verduras las lava cada mañana y les quita las primeras hojas marchitas para que parezcan recién cogidas. Una vez compradas, las consumimos unos días después y mientras esperamos las guardamos en la nevera, lo cual es necesario pero no es lo ideal. Es mejor consumirlas cuanto antes para disfrutar de todos sus beneficios.
Todas las verduras envejecen, las de bolsa pasan más tiempo antes de ser consumidas y cuestan más.
¿Cuánto tiempo permanecen las hortalizas en la bolsa? El proceso de comercialización es más largo que el de los productos frescos. Sin duda, son muy cómodas y es más rápido llevarlas a la mesa. Sin embargo, las desventajas del tiempo en bolsa son muchas. Pérdida de vitaminas y minerales, con pérdida añadida de sabor y fragancia. En el mercado se comercializan bolsas con la llamada atmósfera modificada. Una tecnología que permite que gases como el nitrógeno, el oxígeno y el dióxido de carbono mantengan los valores nutricionales, el aspecto y el sabor durante más tiempo. Queda por ver si realmente lo consiguen. Además, para este tipo de comercio hay que recurrir -una vez más- a envases de plástico, que luego hay que desechar. Y no sólo eso, las verduras embolsadas cuestan a menudo hasta cinco veces más que las frescas. Compara tú mismo. Todo para evitarnos el engorro de lavarlas y cortarlas. ¿Merece la pena?